La elegancia es un concepto en constante evolución. Una palabra casi polisémica, ya que su significado varía según la sociedad en la que se habla. Sin embargo, más allá de las diferencias culturales, ha surgido una tendencia general en el diseño: la búsqueda incesante de la funcionalidad o, en otras palabras, la capacidad de satisfacer una necesidad de la forma más eficiente y eficaz posible. Taller ADG en colaboración con Micaela De Bernardi, conceptualizaron una vivienda en Valle de Bravo, en el Estado de México, la cual se desglosa de dos casas gemelas ambas de dos niveles que logran una excepcional eficiencia energética, gracias al aprovechamiento de luz natural y la captación del agua de lluvia.
Ubicadas en dos predios contiguos con mucha pendiente con el motivo de propiciar las vistas del lago desde cada espacio y piso de la vivienda. En el interior, las áreas privadas ocupan el nivel inferior y las sociales el superior, con un cubo de luz que cruza ambas plantas, ambas casas conforman un corredor biológico donde se fortalece la diversidad de especies y la salud ambiental.
Con el objetivo de crear coherencia con el entorno, los materiales, acabados y el diseño funcional busca estar en armonía con la naturaleza. La realización de los techos verdes, la piedra local y como lo describe el despacho, la ‘piel’ de las casas están hechas de tejas de madera aplicadas con un tratamiento especial.
La entrada principal a la residencia se encuentra en una plaza de acceso con cuerpos de agua y vegetación que se mezclan con el entorno, lo que se aprecia desde un vestíbulo en cual dirige al usuario en un espacio distribuido de manera eficaz con la sala principal, la cocina de servicio y la escalera, la cual conduce a la planta baja o el área privada.
La sala principal goza de amplitud. Con una chimenea de placa de acero negro, muros, techos y pisos de madera de roble, y un diseño de interiores sofisticado, de una paleta de colores sobrios en tonalidades cálidas con diferentes texturas que invitan al usuario al uso continuo. En seguida se encuentra el comedor y una cocina para eventos especiales y, por otro lado, una terraza techada con espacio para una sala y un comedor exterior, acompañados de una barra y un asador. Junto, una segunda terraza abierta alberga un carril de nado, con vistas hacia el bosque y al lago. En la planta baja, el área privada recibe al usuario en un espacio de convivencia familiar, el cual incluye un vestíbulo, un family room y un cuarto de juegos. Un pasillo que rodea el cubo de luz de la residencia lleva a un gimnasio y hacia las áreas privadas, donde destaca la habitación principal con baño, vestidor y estudio, hay 2 recámaras con tapanco, baño y vestidor y 3 recámaras con baño y vestidor.
La residencia crea un corredor biológico. Las áreas de servicio y estacionamiento, así como juegos infantiles, bosque comestible y zona de fogata se ubican en zonas aledañas dentro de los respectivos terrenos. Y en la parte baja de los predios se encuentra un área común con terrazas, alberca, gimnasio, cocinas con hornos para pizza, vestidores y un pequeño spa. Una casa de dicha magnitud involucra retos. Taller ADG los expresa como una oportunidad de creación de los cuales se desarrollaron los espacios y se logró el aprovechamiento total de las condiciones del terreno. La casa es una vivienda sumamente social y familiar, sus espacios prometen dar la bienvenida con un diseño sutil, funcional y sofisticado al mismo tiempo. Sustentable, la casa realmente queda inmersa en el entorno mientras lo honra y lo celebra desde cada punto de la residencia. No cabe duda de que, Taller ADG y Micaela De Bernardi hacen un poderoso dúo mexicano que concibe casas extraordinarias.
Por Yarin Miranda Robles
Fotos Rafael Gamo y Onnis Luque