Casa La Piedad es uno de sus proyectos que evidencia estos valores, y es la mejor vía para adentrarnos en su visión.
¿Dónde suele empezar tu proceso creativo?
Ha cambiado, se ha vuelto mucho más lógico, pero en específico, con La Piedad, empezó en un vidrio de un cuadro en mi sala, ya que estaba bloqueado en la oficina. Salí a dar un paseo, fui y compré unas cervezas para distraerme, e inspirado en Dr. House, que le gustaba dibujar con plumón sus ideas, usé de pizarrón una litografía de van Gogh y empecé a bocetar entendiendo las medidas del terreno, y la topografía. Diseñamos basándonos en proyectos anteriores, en este caso fue la cueva, una casa donde el proyecto nacía del sótano, y plantamos un árbol cuya copa ocupaba el vacío en el siguiente nivel. Aquí, la misma topografía nos pedía un sótano, pero la pro- porción alargada del terreno nos sugirió que propusiéramos no uno, sino dos patios, uno posterior y uno al centro, donde plantaríamos árboles cuyas copas escalarían a los siguientes niveles. Y así se ha articulado el proyecto, con los patios.
Detrás de cada diseño hay una narración. ¿Qué cuentan los lugares que creas?
Cuentan una historia, la historia del cliente y su terreno, y el sueño del arquitecto, por que yo no propongo la cantidad de recámaras, o si la cocina es grande o pequeña. Nosotros proponemos vivir hacia adentro, encontrar espacios de reflexión que nos hagan sentir un vacío que se llena con nuestro pensamiento.
Desde el boceto hasta el diseño final, ¿qué sucede cuando un dibujo personal se convierte en algo concreto?
Algo para ser vivido, compartido e interpretado por otros. Es un proceso cada vez más lógico y matemático; los números se convierten en proporciones que se traducen en sensaciones. Cuan- do el espacio es honesto, su claridad se manifiesta en potencia. Las composiciones arquitectónicas, como las de cualquier arte, una vez plasmadas en el espacio se convierten en entes abstractos que se convertirán en escalones en la escalera de los demás, así como fueron creados a partir de las ideas propias y ajenas, tienen este componente utilitario cuya función primordial es servir de refugio a los humanos, y aquel que sea capaz de sentir la belleza de sus proporciones y fluidez, buscará replicarlos.
Además de arquitectura, realizas piezas de mobiliario, obras de arte y diversos escritos y columnas. Como creador, ¿qué hace que algo sea auténtico hoy?
La autenticidad proviene de la honestidad, de que aquello que pro- duces hable de lo que eres, de tus búsquedas, de tus miedos y deseos. Cada que uno diseña una pieza de mobiliario, esta debe ser una sín- tesis de nuestro pensamiento, y de aquellos pensamientos que nos hacen sentir identificados; no significa que lo que hagamos debe ser cien por ciento nuestro, esto sería imposible. Una pintura puede hablar de la soledad y el amor por el color de Van Gogh y de la abs- tracción de los expresionistas, así como del vacío del taoísmo, estas ideas pueden aplicarse en un cuadro o una casa o en una silla, y aún más, en un poema o en un escrito. La necesidad del artista por expre- sar sus sentimientos, sus pensamientos están en todo lo que hace.
Como consumidor, ¿cuáles son tus muebles favoritos? Y como diseñador ¿qué es lo primordial al momento de la creación?
La silla Barcelona y el mobiliario de Marcel Breuer, Le Corbusier y las líneas inspiradas en la Bauhaus, las sillas de Álvar Aalto, y los Eames. Lo primordial debe ser cumplir una función con sencillez. Como en todo, el diseño de mobiliario debe ser simple para que pueda resistir el paso del tiempo.
En un mundo hipertecnológico, ¿hasta qué punto conviven artesanía y tecnología en sus creaciones?
La artesanía es inherente a la construcción en México y Latinoa- mérica, las personas construyen con las manos mucho más que en Estados Unidos, Europa y otras partes del mundo. La falta de recursos nos obliga a ingeniarnos para encontrar soluciones apropiadas a problemas complejos. Toda nuestra arquitectura ha sido así hasta ahora.
Los planos sirven poco para resolver un detalle constructivo, las soluciones en obra en conjunto son parte de nuestro proceso de trabajo. No por eso queremos decir que no busquemos sofis- ticar nuestros procesos; implementar programas de modelado BIM se ha vuelto un objetivo fundamental para mejorar el flujo de información en los proyectos. Así como el trabajo virtual, nues- tro equipo se encuentra en distintas partes de México y fuera de él, por lo que creemos que la tecnología nos permite ser más efi- cientes en nuestro desarrollo personal y profesional, eliminando barreras geográficas y culturales.
Ya hemos pasado más de 20 años del nuevo milenio. Las personas nacidas en el año 2000 han pasado la mayoría de edad: ¿qué dirías que le importa a esta nueva generación?
Les importa lo auténtico, lo real. Quieren mejorar el mundo, quieren hacer las cosas de forma distinta, cambiar los paradigmas sociales. Quieren ser la generación del cambio, están listos . Quie- ren las cosas en el momento, no entienden el retraso y la demora. Asumen que las cosas pueden conseguirse en el momento, y están dispuestos a modificar el sistema para conseguirlo. Quieren for- mar un nuevo mundo distinto al de sus padres y abuelos, ven al futuro posible y son optimistas de experimentarlo.
Miguel milá —diseñador industrial e interiorista español— afirma que para él “el mayor lujo es el confort” ¿cuál es para ti el mayor lujo? ¿como definirías el lujo actualmente?
El lujo es la paz, la intimidad; el confort lo da un buen sillón y el silencio. Pero la paz que puede generar un refugio bien diseñado es invaluable. El lujo es la percepción de valor que da un objeto, un espacio e inclusive un momento.
Al decidir realizar casa la piedad ¿qué fue lo que más te gustó de aceptar este trabajo? ¿cuál fue el mayor desafío? ¿qué fue más fácil de lo que se esperaba?
Lo que más me gustó fue que el terreno tenía las mismas medidas de la casa Gilardi de Luis Barragán: sentí que estaba hablando con el maestro, buscando una solución a un problema similar al que él tuvo. También, los clientes me pidieron una casa espectacular, querían hacer una declaración de que en La Piedad también podía haber buena arquitectura. Esto me motivó a hacer el mejor tra- bajo posible. El mayor desafío fue encontrar la inspiración en un momento en el que la había perdido, experimenté un proceso de divorcio que fue para mí lo más difícil que he vivido, y las ganas de querer plasmar un espacio de paz fue lo que nos motivó.
Lo más fácil fue resolver el programa de necesidades, los clien- tes estaban dispuestos a vivir en una casa sencilla sin tantas habi- taciones o espacios de almacenaje.
Finalmente, ¿cambiarías algo de lo diseñado para Casa La Piedad? La verdad me habría encantado que el árbol del patio central hubiese sido una amapa, un árbol con flores rosas parecidas al cerezo japonés. El contraste del rosa y el blanco habría sido de una belleza inigualable. /
Por Cristián Gálvez Capstick.
Fotos César Béjar