Copalito es la última adición a la colección permanente de Balsa. Ideada por Christian Vivanco, toma su nombre de una planta típica de la sierra oaxaqueña y es la continuación a la exploración constate de la firma en torno al ratán natural.
Enraizado en lo profundo del alma mexicana. El Copalito es una especie de arbusto originario de México utilizado en muchas regiones de América como incienso para los altares tanto en la religión católica como en otros rituales ancestrales locales. Rescatando estas tradiciones, Balsa, firma de diseño mexicano bajo la dirección creativa de Christian Vivanco, ha decidido nombrar así al último lanzamiento de su colección: una mesa redonda que evoca la tradición de reunirnos en torno a ella, utilizarla como soporte y relacionarnos con naturalidad.
Copalito, como todas las piezas de Balsa, está hecha con ratán natural moldeado con vapor de agua totalmente a mano por maes- tros artesanos mexicanos. “Se requieren alrededor de dos semanas para producir cada mesa Copalito, y en ella trabajan habitualmente dos o tres artesanos”, explican.
“En Balsa somos unos enamorados de México, su gente, su cultura y sus tradiciones. Por esta razón, todo lo que ves es hecho en México”, agregan. Balsa ha elegido al ratán por ser un material sostenible y un recurso renovable, pues solo necesita de cinco a siete años para volver a crecer. Además, procesarlo no requiere productos químicos y se puede reciclar, lo que lo vuelve cien por ciento biodegradable.
Una característica muy práctica de Copalito es la cubierta de madera forrada en tela de yute natural, la cual posee un acabado resistente al agua. Por otro lado, se distingue un lenguaje constructivo sencillo, compuesto por cuatro piezas idénticas que funcionan como patas, con una cruceta que las une para formar la estructura principal, que está rematada por un aro de ratán natural de 70 cm de diámetro.
Toda la estructura de Copalito está terminada en sus detalles con cáscara de ratán natural, que cumple al mismo tiempo un papel estético y funcional: amarra, decora y resalta su naturaleza artesanal, interpretada desde un punto de vista contemporáneo que depura y simplifica sus orígenes. “Con ella buscamos crear una pieza de mobiliario con un profundo lenguaje arquitectónico, clásico pero atemporal, capaz de resistir el paso de tendencias y de convertirse en un elemento permanente a lo largo de generaciones”. Conceptos como transparencia, ligereza, estructura y sencillez definen la identidad y la estética de Balsa, proporcionando muebles únicos y atemporales con una evidente influencia de la tradición y el sincretismo mexicanos.
Ha pasado un año desde que Balsa lanzó Bajío, su primera colección, para la cual Christian Vivanco trabajó durante varios meses de la mano de familias de artesanos expertos en fibras naturales utilizando técnicas tradicionales en riesgo de desaparecer. “Y desde entonces no hemos hecho más que profundizar nuestra curiosidad y compromiso por entender los procesos artesanales alrededor del ratán natural, y aprender con nuestros aliados artesanos para crear juntos piezas auténticas, hechas en México con la más alta calidad”. Una colección en permanente expansión que une mediante el diseño la innovación y la tradición.
Por Alfredo Marchant
Fotos cortesía Balsa