Como todo lugar mágico, se devela poco a poco. Una de las razones es que, incluso si los espacios son únicos y reconocibles desde el exterior, el diseño arquitectónico debe tener alma y elementos escondidos en su recorrido. Esta espectacular casa en la bahía de Zihuatanejo genera una serie de sorpresas que se aprecian al recorrerla por completo.
Concebida por Zozaya Arquitectos, en las costas guerrerenses del pacífico, se encuentra la ‘Casa del Acantilado’. Postrada sobre riscos que son golpeados constantemente por la fuerza del mar, inmersa en vegetación endémica que transforma su atmósfera con el cambio de las temporadas, con el gusto de admirar la fauna del lugar y unos atardeceres insuperables, la vivienda conceptualiza la idea de brindar luz a los pescadores que navegan a diario cerca de la costa. El proyecto se desarrolla como un elemento que surge de las rocas y se enfoca en la preservación de su entorno para mimetizarse con el contexto que la rodea por medio de la materialidad local y formas empleadas, que se aplicaron con las técnicas artesanales y la arquitectura vernácula del sitio.
Casa Acantilado se desenvuelve con una volumetría separada en dos elementos geométricos ligeramente rotados, ambos con dirección a las mejores vistas del pacífico. Para el diseño del proyecto arquitectónico, la topografía fungió como el elemento determinante en la organización espacial. El acceso principal a la residencia es por la planta alta, el cual está completamente abierto y expuesto hacia el mar con una gran palapa la cual alberga el área social. Hecha de piedra, madera y hoja de palma, se encuentra en contraste con una alberca infinita la cual genera una conexión visual interminable con el mar. Más adelante, una escalera lleva al usuario hacia el área privada. Con muros de concreto desnudo, el recorrido interior se convierte en un momento de introspección y admiración por la pureza de la arquitectura. Al no tener cubierta, se aprecia el movimiento de la copa de los árboles y al mismo tiempo permite que la iluminación y la ventilación natural recorra los espacios con facilidad y esto finalmente, reduzca el consumo de energía.
Zozaya Arquitectos busca transmitir un sentimiento de protección y una íntima relación del exterior y el interior en todos los espacios. La misma escalera que lleva del volumen social a la privada, gira sutilmente y se abre hacia el vestíbulo de la planta baja en donde como remate, se encuentra una segunda alberca contenida por muros de concreto que nuevamente, enmarcan la continuidad infinita con el océano pacífico. El vestíbulo vincula las cuatro amplias habitaciones, cada una con terrazas privadas con el mismo concepto de interior y exterior como parte de sí, y con el objetivo de generar espacios de contemplación hacia el increíble paisaje.
Con un mobiliario funcional y atemporal, el mayor valor de la vivienda se encuentra en el desarrollo arquitectónico y cómo la disciplina encuentra su mejor versión acoplándose al entorno en el que se desenvuelve. El uso de los materiales locales tanto la mano de obra de la zona, el respeto por la ubicación y el contexto, hacen de Casa Acantilado un proyecto extraordinario, envidiable por su edificación que goza a diario de las vistas más espectaculares del pacífico.
Por Yarin Miranda Robles
Fotos Rafael Gamo