Andrés Monnier es un sólida promesa mexicana en el universo del diseño de talla internacional, Olympo es su primera colección de mobiliario contemporáneo y con menos de un año de trayectoria en el arte y la escultura, cuenta con presencia en la emblemática Galerie Philia en Nueva york, Ginebra y Singapur; una galería internacional de arte y diseño escultórico contemporáneo que impulsa a diseñadores y artistas emergentes y consolidados.
La trayectoria de Andrés Monnier es un ejemplo de perseverancia y pasión. Tuvimos oportunidad de platicar con él sobre su visión como artista, de sus procesos, creaciones y de lo que desea transmitir. Nos expresó lo agradecido que está con el universo por lo que ha logrado y por lo que aún sueña. Andrés nació en Guadalajara, Jalisco, estudió medicina e ingeniería industrial, tuvo interminables experiencias laborales que instintivamente lo llevaron a encontrar su verdadera pasión por el arte y el diseño. En Ensenada encontró su hogar y el idílico espacio para soñar y crear. Fue apenas hace un año cuando se involucró y comenzó a desarrollar su talento nato para la escultura con la creación de majestuosas piezas talladas artesanalmente. Es un talento mexicano con un espíritu libre y sin fronteras, sin límites terrenales ni espaciales. La curiosidad y tenacidad de experimentar lo desconocido lo llevó a probar por primera vez con materiales como roca natural, vidrio, espejo, concreto, madera y metal con Treko Concrete, un estudio dedicado a elaborar mobiliario, fundado en 2017. Andrés se considera un explorador de la ingeniería industrial.
La colección Olympo se presentó en un escultórico escenario, “La Araña” de la artista plástica Claudia Turrent fabricada en 2014 con materiales residuales, inmerso en el paisaje natural del Valle del Tigre dentro de Cuatro Cuatros, un tesoro terrenal, en Ensenada, México, un paraíso idílico para la desconexión y la introspección personal que evoca a soñar y crear. Al espacio se le dio una nueva vida con la intervención y restauración a cargo del gran equipo de jóvenes entusiastas que acompañan al escultor y que entre tantas tareas tuvieron la de instalar desde cero la iluminación.
Olympo es una colección enteramente artesanal inspirada en la montaña más alta de Grecia y hogar de los dioses. El escultor perfecciona técnicas y lenguajes de creación para innovar y manifestar desde la vulnerabilidad de los materiales naturales como piedra de Querétaro y San Luis potosí, así como piedra volcánica de Puebla, su indiscutible talento y creatividad con declaradas propuestas para el mundo de mobiliario convencional.
La colección esta integrada por piezas con un propósito multisensorial y de las cuales se han convertido en todo un ícono: Narciso y Prometheo. Son 17 piezas convertidas desde un objeto cotidiano a piezas con motivo multisensorial, intervenidas y reinterpretadas con amor y pasión.
Para Andrés nada es ordinario, le motiva la experiencia y el tiempo, “La vida es algo complejo y pasajero, si no te arriesgas no ganas, mi motivación es sentir y experimentar, si lo trato estaré satisfecho y si no lo logro algo aprenderé.”, esta es la filosofía del artista. Así daba inicio mi plática con Andrés, y no basto más que una frase para encontrar la razón de ser a cada pieza en Olympo; una colección compleja y muy pasional, que ha representado retos, incluso físicos para el artista, pero que como el bien mencionó, no lo detendrán para seguir creando.
Amante de la mitología y el arte griego antiguo y atraído por la psicología, esconde ciertos detalles dentro de cada pieza para conectar entre sí. Goza de crear piezas conceptuales, asignarles un mito y adaptarlo, adopta una historia, un mito y conoce más sobre el trasfondo de cada obra y su función, unas se crean desde un mito y otras desde un concepto o una idea que se adapta a una historia.
Al preguntar sobre el porque de la selección de la piedra como elemento principal de la colección el artista denota su fascinación y explica que la selección se debe a que, al ser un material totalmente orgánico con años de proceso, de mineralización, la piedra representa de una manera pragmática la inmortalidad, incorporarla en la elaboración de la colección es hablar de trascender. Su proceso creativo es realmente experimental, para Andrés no aprendes o entiendes de un procedimiento o material hasta que lo haces, si bien siempre se conduce por estudiar y conocer del material y las técnicas, para él primero esta la experiencia autodidacta.
Con la evolución de Andrés como escultor y de la realización experimental de Olympo, logra encontrar y reconocer, para mejoras en la realización, la relación que tiene el pulso con el material, el pulso es irreplicable, no se pude recrear una misma estructura fabricada artesanalmente y ahí esta el valor de la pieza y de como se logra transmitir algo personal y único. “Para mi, todas estas piezas soy yo, es mi forma de comunicar. Y se ve la evolución en como los músculos se desarrollan, es entender mi cuerpo al momento de trabajar”, así lo declara Andrés. Y así se convierte en una analogía, el como evoluciona la mente y el cuerpo del artista.
Al final de una plática donde se habló del entendimiento de la vida y divagamos asombrados sobre como sobre entender que el universo es tan grande para que cada quien tenga una realidad totalmente diferente, aún estando tan “cercanos”, era necesario preguntarle directamente – ¿Dónde se ve Andrés Monnier en un futuro? – “En un futuro poco más lejano, on mi propia galería de arte y diseño mexicano, deseo estar en una realidad donde pueda apoyar e impulsar el talento de arte y diseño, y a corto plazo, me entusiasma terminar el universo de piezas que aún me quedan por crear así como tantas ideas de colecciones que quiero llevar a cabo”, así responde Andrés, y lo que yo podría concluir para esa pregunta es que lo que busca genuinamente Monnier es transmitir y comunicar, no busca únicamente el reconocimiento, aunque claro, sabe y esta consciente de la importancia que eso otorga para poder seguir creando, y claro, es escrupuloso sobre la limitante que representa el dinero, esta colección le ha costado todos sus ahorros, pero sin lugar a duda esa limitante se ha reflejado en su creatividad y amor por lo que hace. Andrés esta rodeado de un equipo de trabajo joven y dentro de sus valores esta el pagar bien por la mano de obra, dejar a un lado la errónea idea, que a el también lo persigue por su corta edad, de que la juventud y la falta de experiencia deprecia el profesionalismo y noble trabajo.
La mente humana no tiene límite, todavía no se conocen los extremos y mientras siga así Andrés no titubeará en continuar experimentando en lo que le apasiona porque para él, el tiempo es relativo, es un proceso, el escultor encuentra motivación y se deja llevar por el reto de la supervivencia, así ha sido el camino de Andrés.
Para la primavera del año 2022 vendrá la primera exposición de Galerie Philie en México y será llevada por el escultor, contará con arte en un 90% de diseñadores mexicanos y un 10% de arte internacional. Esto es otro gran paso para Andrés por la confianza depositada en él por quienes llevan años trabajando para y con otros grandiosos artistas presentados en la afamada Galería, lo que sin duda nos deja claro que tendremos mucho más de Andrés Monnier./
Por Leonor Torres Sanz
Fotos cortesía de Andrés Monnier + Zeehorse Smart Agency