El arquitecto Rafael Pardo es originario de Xalapa, capital del estado de Veracruz, y es egresado de la Facultad de Arquitectura de la Universidad Veracruzana, con sede en la misma ciudad. Por más de 20 años ha desarrollado arquitectura con potencia que evoluciona gradualmente.
Para su diseño interior busca un estilo apacible y refinado que se adapta al estilo de vida cotidiano. Esta casa forma parte de las obras residenciales de Pardo, creadas en la región de donde es originario, lo cual ha favorecido su total conocimiento topográfico, así como de las condiciones climáticas distintivas de humedad.
La aplicación y razonamiento de dichas condiciones permiten al arquitecto un óptimo aprovechamiento de la iluminación natural y su movimiento según la ubicación precisa del proyecto, así como el gozo de integrar brillantemente vistas panorámicas que conceden hogares cálidos, innovadores y de carácter único.
Esta es una residencia que a pesar de ser una edificación que aparenta ser una fortaleza oculta en el bosque, en su interior es una casa sensata y planeada para destacar la fuerza de su exterior con una estética pulcra y asimétrica, al mismo tiempo de ser una residencia confortable y respetuosa del vínculo inherente con el entorno natural.
A simple vista se observa la atrevida construcción conformada por tres osados y sólidos volúmenes sobrepuestos que dejan en evidencia el total y extensivo uso del concreto, un audaz guiño del arquitecto por pretender ingeniosamente simular una roca en la colina. El material se propaga hasta el interior de la casa y abarca en su totalidad pisos, muros y techos.
Para Rafael, todo dentro de planeación y distribución de la casa tiene un porque, así que confió abiertamente en la naturaleza para ser el protagonista en el diseño interior, es el propio exterior que aporta intuitivamente color al hogar y desvela cabalmente un mix entre texturas e iluminación para la casa que va cambiando conforme pasan las horas del día.
Esta residencia es un refugio inmerso en la verde y húmeda vegetación, característica de la región, un ensueño para los amantes de los paseos en lozanos caminos bordeados de árboles por la mañana y de espectaculares vistas al atardecer en compañía de la serenidad y de majestuosos tesoros naturales.
Arquitectura Rafael Pardo
Fotografías Onnis Luque / Naser Nader
Por Leonor Torres Sanz