El Celadon

La palabra francesa “CELADON” representa tanto al grès como a la porcelana china de esmalte verde, que evoca el color precioso del jade al que se le atribuían virtudes mágicas. 

De acuerdo con la temperatura de cocción, la cerámica está clasificada en Terracota, proveniente de arcillas impuras o mezcladas, lograda a menos de 800ºC; Grès, a la que se añade sílice y cuya fusión se obtiene por encima de los 1000º C. y finalmente la Porcelana producida a más de 1200ºC y que permite obtener paredes más finas y translúcidas.  

La producción de objetos a base de tierras y arcillas es una técnica muy antigua, que se remonta en China y Japón desde el final del Paleolítico, aunque las piezas de calidad comienzan a producirse después del 4000 A.C. y cuya pieza maestra es la monumental área funeraria del emperador Qin Shi Huangdi y su ejército de terracotas. 

El CELADON nace en la provincia de Zhejiang hacia el 1330 A.C. gracias al desarrollo de hornos de leña muy sofisticados, especialmente el conocido como horno dragón (Long Yao) que permitió por primera vez superar los 1000º Celsius de temperatura y en donde de manera fortuita, la ceniza incandescente de la madera se fusionó con la superficie de los objetos horneados dando por resultado una lámina vitrificada: el esmalte. 

Estos hornos especiales, llegaban a medir hasta 80 metros de largo. 

A partir del siglo VIII muchas piezas de CELADON comenzaron a exportarse a Medio Oriente, India y más tarde a Europa en donde se consideraron productos de alta gama y de exquisito refinamiento y en donde más tarde (circa 1600) se le otorgó este nombre, que evoca la vestimenta verde oliva de un personaje de la novela francesa “La Astrea”. 

Corea aportará después una técnica sofisticada que permitirá al CELADON ser decorado con nubes o garzas y realizar también objetos pequeños como perfumeros impresos con flores. 

Posteriormente, tanto el Museo Cernuchi, como el Guimet ambos en París, desataron desde el siglo XIX una obsesiva búsqueda de piezas excepcionales que exhiben en sus importantes colecciones, así como lo ha hecho también NAMUH que presenta en sus bodegas de San José del Cabo, Monterrey, Ciudad de México y San Miguel de Allende una gama muy interesante de bellos objetos de CELADON destinadas más al disfrute de su contemplación que a su diaria utilización. 

Fotos cortesía de @namuhmex

www.namuhmex.com