Este restaurante en San Miguel de Allende es una oda a la cultura mexicana; a su inigualable artesanía, a la grandeza del diseño y la arquitectura contemporánea, y a su gastronomía.
San Miguel de Allende es de esos lugares mágicos en México que con el tiempo se ha convertido en un punto estratégico para el turismo del país. Con una interesante mezcla de extranjeros que vienen de todo el mundo y, por supuesto, mexicanos, San Miguel de Allende ha formado su propio estilo, su propia esencia y se ha denominado un gran referente del arte, el diseño de interiores, el diseño y la arquitectura en México.
El despacho de arquitectos Faci Leboreiro ha dejado su huella en un restaurante con un diseño fenomenal. Sobre lo que solía ser una cancha de frontón, se edificó ‘Adela – cocina de origen’, un restaurante que honra el origen y la esencia del folklore mexicano.
El restaurante busca crear una experiencia en donde la gastronomía mexicana destaca por medio de la honestidad de los ingredientes, la autenticidad de los platillos y el eje del diseño que encuentra su identidad entre un estilo rústico y contemporáneo mexicano. El concepto para su concepción partió de una reinterpretación de la arquitectura colonial local. Los materiales naturales y la franqueza de estos junto con elementos tradicionales logran crear su propio lenguaje en un espacio sin pretensiones, en donde ambos arquitectos elevan la convivencia del restaurante a una experiencia única y sensorial.
Una sobria fachada en mampostería, el sistema tradicional de construcción que consiste en erigir muros colocados de manera manual, hecha únicamente de piedra proveniente de la región es el primer vistazo al proyecto. Interrumpida por un portón de acero el cual da acceso a el sobrio e impactante vestíbulo de doble altura, cuenta con un primer remate visual de un espectacular telar escultórico diseñado por la artista Mariella Motilla.
La sencillez en el interiorismo se basa en la repetición de vigas de madera, elemento que retomaron de los techos de las antiguas casonas representativas de Guanajuato y termina con el toque especial de tener todo el mobiliario y elementos decorativos fabricados local y artesanalmente.
Al recorrer todo el espacio se busca enfatizar la dramática perspectiva que se genera y se permite gracias a la asombrosa vista panorámica, lo que se proclama como el punto focal del proyecto.
La recepción es abrazada por un exuberante jardín, donde una sublime jacaranda se roba las miradas y se aprecia desde todos los puntos del restaurante; fue esencial para la contemplación del espacio interior y su relación con el exterior. El recorrido se vive de manera dinámica por la grandeza de este maravilloso árbol y, por otro lado, el descubrimiento entre los entrepaños de placa de acero, de todas las artesanías locales exhibidas sobre ellos. Con la excepcional entrada de iluminación natural, ésta juega otro de los principales papeles para el recorrido del restaurante, ya que embellece el espacio con un juego de luces y sombras que se generan y se transforman con el paso del día.
Arquitectura y Diseño de Interiores Faci Leboreiro
Por Yarin Miranda Robles
Fotos LGM Studio