El otoño pasado, el centro de Los Ángeles se unió a Austin, San Francisco y Santa Mónica al convertirse en el hogar del último destino Proper. Y tal como hemos podido ver en sus antece- sores, Kelly Wearstler transformó el hotel del centro de Los Ángeles en un retiro sereno y empapado de color. Por supuesto, Wearstler no se contuvo al momento de fusionar colores, patrones, texturas, lo moderno y lo antiguo en un solo espacio: podría ser un caos total… ¡Pero es totalmente maravilloso! Definitivamente, dio un paso más cuando diseñó el Downtown L.A. Proper Hotel.
Los proyectos de Wearstler siempre tienen un aire glamoroso, pero el destino Proper más nuevo ha llegado con un encanto extra incorporado. El proceso de desarrollo incluyó la cuidadosa restau- ración de un hito histórico con orígenes del viejo Hollywood: un edificio renacentista de la década de 1920 de los icónicos arquitec- tos de Los Ángeles Curlett & Beelman. Inicialmente, un elegante club privado frecuentado por Cecil B. DeMille y Harry Warner en su apogeo, la majestuosa estructura de 13 pisos sirvió como YWCA en los años 60: dos novedosas suites hacen uso de una cancha de baloncesto antigua y una piscina cubierta.
Dirigido por el galardonado equipo de desarrollos de construc- ción KOR Group, el proyecto de reutilización adaptativa tardó tres años en completarse y dejó a Wearstler con un lienzo increíble para devolver el icono de la década de 1920 a una vida vibrante. Con los vestigios del trabajo de Curlett & Beeman como base, Wearstler com- binó los ideales del modernismo mexicano (movimiento artístico que floreció por primera vez en la década de 1920) con elementos del diseño portugués, español y marroquí como un guiño a las raí- ces multiculturales del vecindario de South Park. El resultado es un mundo inmersivo y embriagador de color y calidez.
La colaboración local es un componente clave para todos los hoteles Proper, incluso en el proceso de diseño. Wearstler reclutó a un grupo de artistas de L.A. para murales e instalaciones personali- zados: Abel Macías pintó una mezcla de animales inspirados en las intrincadas composiciones huicholes del arte popular mexicano en el vestíbulo; el taller Judson Studios creó una llamativa estructura de vidrieras que guía a los huéspedes al restaurante Caldo Verde del nivel del vestíbulo, y los murales de cerámica de Ben Medansky y Morgan Peck resaltan en la suite de la piscina y en la recepción.
El grupo hotelero encargó a las ganadoras del Premio de la Fundación James Beard y socias, Suzanne Goin y Caroline Styne, un concepto dual de restaurante y salón. Caldo Verde es un espacio lounge a nivel del lobby que sirve desayunos, almuerzos y cenas con influencia portuguesa y española. Platos como chorizo y huevos con sofrito, ensaladas abundantes, rib eye de primera con mantequilla de Alentejo y el plato homónimo del restaurante: una sopa portuguesa hecha con cangrejo de roca local, col rizada y linguiça a la parrilla resultan toda una experiencia. El lugar hermano de Caldo Verde es Cara Cara, un lugar junto a la piscina con pollo frito Piri Piri, tacos y cocteles refrescantes para degustar mientras se disfruta de las vistas panorámicas de la ciudad desde la azotea.
Estamos en el centro de Los Ángeles, en pleno distrito de la moda, y cerca de lugares culturales célebres como el Staples Center, L.A. Live, Walt Disney Concert Hall, The Music Center, MOCA y The Broad Museum. Pero el lujo está en los detalles, y Proper siempre hace un trabajo atento: Aesop abastece el baño con productos de tamaño com- pleto, una colaboración entre Wearstler y Parachute aporta los albor- noces, mientras que los parlantes Vifa permiten personalizar la banda sonora de la habitación. ¿Seremos capaces de abandonar el hotel?.
Restauración Arquitectura KOR Group
Interiorismo de Kelly Wearstler
Por Cristián Gálvez Capstick
Fotos The Ingalls