El recorrido entre Tokio – capital de Japón y oficialmente la ciudad más poblada del mundo– y Kioto, es un atractivo viaje para los visitantes del país. El trayecto se puede hacer desde el famoso, y moderno, tren bala Shinkansen, saliendo de Osaka; es una interesante ruta de dos horas desde donde se suma a la experiencia de observar la majestuosidad del Monte Fuji desde tu asiento.
La historia de la fabulosa cadena hotelera empezó en el año 1961 en Toronto, Canadá. Four Seasons Hotels & Resorts ha revolucionado y perfeccionado, apertura tras apertura, la costumbre y concepto sobre hospedaje de lujo con técnicas de atención estrictamente personalizada para sus huéspedes e instalaciones que reflejan el carácter sofisticado y generoso del hotel.
El equipo que forma parte de la firma es un afable complemento para disfrutar de la estancia, y especialmente en Kioto, donde el servicio es catalogado con la más alta calificación, características que destacan el éxito y continuidad de la firma por más de cinco décadas.
Hospedarse en Kioto seduce los sentidos, desde la peculiar gastronomía y la oportunidad de probar el tradicional desayuno japonés, el relajante sonido de la caída del agua que rodea el restaurante, disfrutar de primera mano de una maravillosa ceremonia del té y los rituales que ocurren antes y durante la misma junto al espectácular jardín con estanque de 800 años de antigüedad es sin lugar a dudas una vivencia inimaginable en el mundo actual, y sobre todo en un territorio regido por la innovación, una aventura entre tiempos inmersa en un diseño arquitectónico de fantasía asiática.
La entrada al hotel automáticamente te transporta a la historia y belleza de Japón, es como adentrarse a un santuario de luz y reflexión en medio del lobby de doble altura cubierto de bambú. El hotel fue galardonado como el “Mejor Hotel” y el Número 1 en Japón por “Destin Asian” en 2023.
Kioto es un sueño, para el que no lo conoce y para los que si, un capricho que evoluciona, una ciudad que siempre tiene algo que ofrecer, desde conocer de cerca la misteriosa vida y preparación de maikos a geishas, experiencia a la que te pueden acercar en concierge del hotel y a la que puedes presenciar en el icónico barrio Gion, donde te sorprenderas de caminar a lado de ellas; otro must del viaje es recorrer la serenidad de sus mayésticos templos, las pequeñas calles que albergan la historia de sus habitantes que se rehusan a dejar en el olvido su historia, y honrar la influencia de sus antepasados, y como broche de oro, la delicia de cada uno de sus platillos.
Conocer Kioto es sin duda algo que todos deberíamos vivir mínimo una vez en la vida; recorrer sus calles en un tradicional kimono y sandalias de madera, una opción alejada de la realidad pero sin duda encantadora./
Por Leonor Torres Sanz
Fotos cortesía Four Seasons Hotels & Resorts