Esta residencia es un paraíso en toda la extensión de la palabra. Desde la fachada principal hasta la sorpresa que nos recibe al final del recorrido. Sus creadores, la firma Grupo Arquitectura, se dedicaron a diseñar y construir una casa insertada en un terreno de geometría curva en una de sus aristas al nivel del acceso, y su topografía posa sobre un desnivel deprimido de la calle, razón por la cual los espacios sociales de la casa se encuentran hacia abajo al nivel del jardín principal, planteando una arquitectura muy articulada.
La entrada es un recibidor desde el que se ve un espacio muy diáfano a través de un pasillo acristalado que recorre la estructura metálica que soporta la vivienda y una amplia escalera de bajada a las estancias donde encontramos una zona principal con habitaciones, comedor, bar, family room, desayunador, terraza, biblioteca y cocina.
El salón superior está intercalado entre los jardines, es alto y tiene ventanas a ambos lados. La escalera está suelta de la pared, como si sus escalones de granito flotaran en el aire.
Las habitaciones dan a la calle a través de terrazas privadas y cada una cuenta con servicios integrados de baño y vestidor. En la planta del sótano reside un garaje para 12 automóviles, un cuarto de máquinas, sala de juegos y gimnasio.
Estructuralmente se buscó la máxima eficiencia constructiva, utilizando hierro y muros de concreto, lo que permitió a Grupo Arquitectura liberar grandes espacios abiertos y magnos voladizos, y en todas sus estructuras volumétricas, la casa está revestida tanto por dentro como por fuera con basalto.
En la fachada principal se aprecian vigas de metal que se enrollan con la curva de la calle creando un saledizo que protege el volumen con franjas verticales de roble claro. La gran cubierta de toda la estructura se envuelve con una piel continua de madera y se extiende del interior hacia el exterior hasta el borde perimetral de la cubierta.
La casa cuenta con una paleta monocromática de acabados de piedra gris, convirtiéndola en un telón de fondo neutro que permite acomodar un mobiliario con distintas texturas, colores y terminados. Así mismo, todos los muebles fueron elegidos con mucho cuidado y pareciera que el espacio fue diseñado para recibirlos ya que su escala y disposición encajan perfectamente con la arquitectura.
La infraestructura de la casa es de última generación en cuanto a manejo de agua y electricidad, el sistema es inteligente y permite aprovechar al máximo estos recursos, ya que cuenta con paneles solares fotovoltaicos.
De igual manera, el consumo de iluminación es muy bajo y dispone de sistemas de ahorro energético en todos los aspectos. Cada cancelería y vidrios son totalmente aislantes, por lo que permiten la conservación de la temperatura interior.
Esta residencia singulariza su espacio a través de las interacciones que se producen cuando se atraviesan, se descubren sus zonas de tránsito y se revelan los actos en el que se producen.
Arquitectura de Daniel Álvarez, Tomás Álvarez, Rosa López, Erick Ríos, Raúl Chávez, Ruth Harari, Susana López y Sandra Rougon
Por Fernanda Gordillo Estrada
Fotos de Agustín Garza.