ESTA IMPONENTE RESIDENCIA ubicada en Alphaville, en las afueras de São Paulo, tiene una historia peculiar. La arquitecta Fernanda Marques comenta que, cuando los clientes adquirieron la residencia, la construcción ya había comenzado y sus cimientos estaban todos lanzados, hormigonados y listos.
“El modelo lucía un estilo normando, que chocaba completamente con la arquitectura contemporánea deseada por los propietarios, una joven pareja de negocios con dos hijos”, explica.
El gran desafío de la oficina de Fernanda Marques Arquitetos Associados fue, entonces, transformar esas estructuras existentes, reutilizándolas en un proyecto capaz de albergar el programa de los residentes.
“Orientamos la arquitectura y los interiores de Casa Jaraguá hacia un edificio en el que la sensación de amplitud se manifestara continua y permanentemente”, agrega.
Hoy, la confortable casa de 1,200 m2 y de líneas contemporáneas cuenta con tres plantas y una amplia distribución de terrazas a lo largo de todas sus plantas, aprovechando las vistas que se despliegan desde el cerro donde se ubica la propiedad. “Para los interiores, imaginé grandes espacios, desarrollados en continuidad, sin límites”, agrega.
La rica estética de la arquitectura exterior de Casa Jaraguá se reproduce en el interior del edificio, que derrocha amplios espacios y se desarrolla en continuidad, sin particiones. En la planta baja se concentran la sala de estar, la sala de la chimenea, el comedor, el home theater y el lunch room, además de una oficina, cocina y bodega desarrolladas con climatización diferenciada, en la que los compartimentos cuentan con diferentes temperaturas.
“Súper bonita, la cocina está completamente abierta a una zona ajardinada, con un árbol de jabuticaba y parte de una huerta. Esta terraza alberga también un salón y zona de barba- coa con hornos de pizza, para recibir a familiares y amigos los fines de semana”, cita la arquitecta.
La planta también alberga un guardarropa, aseos y dependencias de empleados y una gran piscina, que se abre a la terraza delantera evocando los tonos del mar. “Pero todo en su justa medida, sin que se produzcan grandes rupturas”, describe Fernanda.
Al estar en lo alto de una pequeña montaña, la casa requería de unos cuidados especiales. De acuerdo con el equipo, era necesario controlar el exceso de viento con mayor “estanqueidad” de los mar- cos de la sala. “No por el tema del agua, porque están protegidos por las terrazas, sino por el viento, que allí no tiene piedad”, concluye.
El piso superior está enteramente reservado para la zona íntima de la casa, compuesta por suites conectadas a terrazas y un family room.
Una pasarela de madera une las habitaciones de invitados con la de la pareja. Al caminar por este acceso, se puede ver el maravilloso paisaje del horizonte de São Paulo. /
Arquitectura + interiorismo Fernanda Marques Arquitetos Associados
Por Cristián Gálvez Capstick.
Fotos Fernando Guerra | FG+SG