La Ciudad de México tiene ubicaciones de ensueño. Colonias que son testigo de siglos de historia, del cambio cotidiano de una ciudad cosmopolita que logra una esencia única e irrepetible. Polanco es una de ellas. Atractiva, elegante y realmente vibrante. El corazón de la ciudad como muchos lo ven, esta colonia resguarda pequeñas joyas arquitectónicas que atraen a quien sea para conocer la ciudad de manera íntima. Como propiedad del grupo hotelero Hamak, y parte de Leading Hotels of the World, una colección de hoteles de lujo auténtico y poco común, los cuales representan la esencia misma de los destinos dónde se encuentran; Casa Polanco abre las puertas cerca de reforma, enfrente del parque Lincoln, a tan solo unas cuadras de Masaryk y a la vuelta del Bosque de Chapultepec, para convertirse en uno de estos espacios emblemáticos dentro de la metrópoli.
En una casona original de 1940, el arquitecto Claudio Gantous fue el encargado de transformar la residencia en un hotel boutique en donde se encuentran algunas de las suites, una biblioteca, el lobby y el restaurante, conectándola por medio de un corredor de vidrio, con un nuevo edificio de diseño contemporáneo y sumamente sofisticado en donde se desarrolló gran parte de los espacios como el resto de las suites y una terraza con una vista envidiable del parque. Con acabados de primera, y una paleta de materiales atemporal y sutil, la sobriedad de la arquitectura permite que el interiorismo sea igual de importante sin quitarle protagonismo.
Fue el famoso diseñador Charles Eames, quien dijo que el papel de un gran diseñador es el de un muy buen anfitrión. Alguien sumamente atento, que se anticipa a las necesidades de sus invitados. Las diseñadoras detrás del interiorismo de Casa Polanco, Mónica y Mini, de Casa M+M, han hecho literalmente esto. Han dejado su huella a lo grande, con una atención por el detalle tan minuciosa y especial como si fuese su propia casa.
Con elevados estándares de calidad y una oferta única que los viajeros en Ciudad de México buscaban con frecuencia, el hotel Casa Polanco ofrece la experiencia de vivir Polanco cómo si fueran invitados de un viejo amigo en la calidez de su hogar. El diseño, es una curaduría de piezas con historia y otras de diseño mexicano con objetos, cuadros y esculturas de artistas como el diseñador Raúl de la Cerda, Alfonso Marina, Rodrigo Garagarza y Héctor Esrawe.
El recorrido comienza con una fachada depurada y divina, detrás de la cual un lobby espectacular con piso de mármol italiano, un espejo y un candelabro diseñado por Raúl de la Cerda contrastan con algunas de las piezas de arte, el cual fue curado por Santiago Toca con obras de Graciela Iturbide, Ricardo Mazal, Jordi Boldó, Ricardo Pinto y Roberto Polidori, por mencionar algunos.
Cada espacio tiene piezas únicas que buscan aportarle a la experiencia de la estadía una simbiosis perfecta de sensaciones tanto físicas como visuales y emocionales. Con amenities de la sublime marca mexicana Xinú e iluminación de Héctor Esrawe, cada habitación te lleva a un oasis de relajación propia. La biblioteca, te invita a pasar un agradable momento y las terrazas te buscan para trasladarte a una situación de disfrute pleno. El gimnasio y el spa prometen una experiencia segura y personalizada, mientras que la gastronomía se proclama como propia del hotel y envuelve al huésped en una exquisita mezcla de sabores.
Sobre todas las cosas, el ambiente del hotel se siente sereno y sofisticado, el diseño envuelve al usuario en una serie de elementos que lo llevan a sentirse en casa en todo momento, mientras que la arquitectura despierta una delicada curiosidad por descubrir que hay detrás de cada puerta. El alma detrás de cada objeto se transmite por la sensibilidad de Casa M+M al darle vida y coherencia a un espacio de paso, en un hogar lejos de casa.
Por Yarin Miranda Robles
Fotos Karyn Millet