Saint – Tropez, la distinguida localidad francesa en la región de Costa Azul cuenta con una historia de fuerza, osadía y libertad, y que con el paso de los años ha evolucionado hasta posicionarse como ícono de estilo, encanto y grandiosidad. En la actualidad, la sensacional costa francesa es un fascinante y emblemático destino para selectos viajeros que anhelan relajarse y gozar de exclusivas experiencias.
Cada año, la propuesta de alojamientos prospera y van desde espectaculares residencias que son alquiladas para ser habitadas principalmente en temporadas vacacionales, hasta resorts que conceden y guían a los huéspedes a vivir una auténtica y singular estancia propia del privilegiado pasaje francés.
La Bastide de Saint- Tropez es el último proyecto de la diseñadora Jessica Barouch quién perfeccionó el interiorismo del resort en un regocijo de luz, que vibra entre lo pintoresco y sofisticado en una amalgama de tonos ocres y crudos con destellos amarillos.
El oasis entrega a sus huéspedes espacios íntimos y gentiles, propios de una villa privada de alta exigencia en lujo envuelto en un afortunado sitio inmerso en la exuberante naturaleza de la aldea.
Los materiales que predominan en el estilismo de la galerista son elementos minerales y naturales como cuerdas que dan textura y forma a los sofás, así como a las columnas, originarias de la construcción, un componente con esencia propia que instantáneamente brinda un efecto acogedor. Muebles fabricados artesanalmente de madera local con acabados sutiles y simples que no compiten con la arquitectura natural del inmueble.
La terraza resguarda el glamour y nostalgia de la perpetua e inigualable idiosincrasia francesa. Sombrillas inspiradas en la década de los gloriosos años cincuenta y mobiliario discreto, una cúpula de cristal y herrajes negros permiten la conexión entre el interior de la cocina con influencias italianas y mediterráneas, donde la oferta es el consumo de los productos frescos y locales genuinos de la población.
El hotel ha sido la joya de la familia Pariente desde su inauguración en el año 1986 cuando Gérard Pariente y sus tres hijos, Gary, Grégory y David se dejaron seducir por la coquetería y deslumbrante lifestyle de la costa francesa impregnada en cada rincón de la encantadora residencia.
Desde el año 2007 la administración y respaldo del lugar ha sido confiada al Sr. Delaffon Fabien. El Hotel atesora además de su encanto personal y exclusivo para sus visitantes, la virtud de encontrarse en un alegórico sitio que cuenta con símbolos de la cultura franca como El Castillo de la Moutte y El Campanario de Saint- Tropez, algunos de los patrimonios de la ciudad.
Por Leonor Torres Sanz
Fotos Matthieu Salvaing