La vida interior-exterior es una parte integral del estilo de vida actual, y estas áreas se han convertido el objetivo principal para la creación de obras residenciales. Para la arquitectura mexicana dar pie a esta relación no es nuevo ni sorprendente, ya que el clima en México permite la creación de estos espacios, los cuales están impregnados de una sofisticación natural con la cual evocan la belleza natural del entorno al interior.
En Ciudad de México se encuentra una residencia concebida por Ricardo Yslas Arquitectos, en la cual el concepto rector es la búsqueda por anular los bordes hacia el exterior para vivir la estructura hacia el interior sin perder la esencia del ambiente externo. Al tomar un viejo árbol de guayaba como eje central del proyecto, el programa arquitectónico se desenvuelve a partir de dos volúmenes separados por dos patios protagonistas de la estructura.
La casa está diseñada de manera que su circulación sea orgánica y envolvente, por lo que pasar por los patios al recorrer la residencia de extremo a extremo es casi imprescindible. Ambos volúmenes están unidos por medio de un puente, el cual cruza los dos patios estratégicamente diseñados para mantener una ventilación cruzada y así regular la temperatura del interior y mantener la estructura lo más sustentable posible.
El patio principal funciona como el núcleo de la vivienda y como refugio para el viejo guayabo. Abriéndose hacia la sala, el comedor y una sala de juegos en un espacio sin delimitación gracias a los muros flotantes los cuales por su apertura del suelo al techo crean una cohesión perfecta entre sí, la cual fluye con delicadeza entre los espacios sociales hasta llegar a los jardines colindantes.
Por otro lado, el segundo patio se concibió como una extensión de la sala con contacto directo a la cocina y con vista hacia el patio principal. En él se enfrentan los dos volúmenes que albergan el resto del programa con la división del segundo piso el cual lleva al área privada de la casa en donde se encuentran las habitaciones con su baño y vestidor y una pequeña estancia.
La calidez y la integridad de los materiales impregnan la vivienda con la finalidad de crear una cohesión que no se encuentra a menudo en las casas modernas. Esta misma narrativa es una observación que no pasa desapercibida desde ningún punto, ya que la integridad de la visión del diseño en toda la residencia es notable por la celosía de madera que envuelve los espacios y genera formas y juegos de luz con el paso del día.
La consistencia de la paleta y los materiales crea una atmósferasólida y decidida. La elección de mobiliario se mantiene en un perfil bajo, lo que permite que la arquitectura se imponga como lo más importante y el recorrido sea siempre interesante.
Arquitectura de Ricardo Yslas
Por Yarin Miranda Robles
Fotos Jaime Navarro