Tomando como pretexto el lanzamiento de su nuevo libro HOGARES luminosos y alegres la arquitecta especializada en interiores, diseñadora, escritora, fotógrafa, investigadora, estudiosa constante, esposa de un gran artista, madre de cuatro hijos y exitosa emprendedora mexicana, nos comparte un poco de su andar por la vida siempre en la búsqueda de crear espacios que mejoren vidas.
Tú le otorgas un poder al diseño casi sanador de mentes y cuerpos. Platícame un poquito sobre esos beneficios del diseño en el mundo y espacios que habitamos.
“Dostoievski decía ‘La belleza salvará al mundo’. Y yo estoy convencida de que quienes tenemos la capacidad de plantear y crear espacios que son más bellos, más armónicos, humanos y estéticos tenemos la obligación de ir transformando lo que está a nuestro alrededor para que las personas cambien sus disposiciones. Es contribuir con un granito de arena a hacer un mundo mejor pues entre más lugares bonitos haya, la convivencia entre los seres humanos mejorará. Quizás no sea algo determinante pero definitivamente influye en la gente y es nuestra misión como profesionales del diseño”.
¿Cómo defines el significado de la palabra hogar?
“Para mí, la diferencia entre casa y hogar es que la primera es una edificación, un espacio físico en el que habitamos, mientras que el hogar realmente podría estar desvinculado de la vivienda pues es la unión de las personas, es la relación que hay entre los seres humanos que la comparten. Y después de que el diseñador de interiores entrega un proyecto divino, es esa gente la que tiene que trabajar todos los días para conseguir esa sensación de hogar. Es un trabajo que nunca acaba, que siempre sorprende y emociona”.
¿Cómo guarda tu memoria infantil la palabra hogar?
“El espacio que habitas en la infancia te define como persona. Son recuerdos de qué sentíamos al llegar a casa después de la escuela, de quién te recibía, de los aromas, de cómo percibías la vida. Por eso como padres, y en mi caso como profesional, debemos pensar sobre lo que queremos para nuestras familias, con qué queremos que se identifiquen nuestros hijos y qué valores queremos darles en el hogar. En mi casa todos nos identificamos con temas como la lectura, el arte y el estudio, y por ello vivimos entre libros, canto y música”.
En tu libro nos das las 7 claves para transformar una casa en un hogar. Háblanos de esos conceptos y por qué son más que palabras.
“Fíjate que antes de llegar a estas claves me reuní con mi equipo en una lluvia de ideas y reflexioné mucho sobre lo que hacemos y cómo influye en la vida de las familias que nos dan la oportunidad de trabajar para ellas. Por eso empiezo hablando de la IDENTIDAD, pues lo primero es entender que trabajamos para seres humanos únicos, irrepetibles e inigualables que buscan algo con lo que se identifiquen. Y por eso no me gusta caer en tendencias o masificar con lo que está de moda porque cada familia es muy peculiar y merece un proyecto específico. El concepto que me pareció más complicado de explicar fue la SENCILLEZ ya que la clave está en entender que la belleza está más cerca de lo simple que de la ornamentación excesiva. No hay que tenerle miedo al vacío y permitir que la persona se sienta a gusto sin elementos de sobra y tome las mejores decisiones de materiales, colores, tamaños, distribución y conceptos para lograr mesura. La ELEGANCIA hay que verla como algo que se percibe con los sentidos, es la ausencia de ruido auditivo y también visual, la disposición al silencio y la calma. El OPTIMISMO se trata de enfocarnos en lo bueno que tenemos, y valorarlo y disfrutarlo plenamente sin importar el tamaño, el costo o la distribución de nuestra vivienda. La ILUSIÓN de un espacio bonito, ordenado, limpio, que podamos compartir con nuestros seres queridos y nos resguarde es una clave de gran importancia para el ser humano. La SERENIDAD va de la mano con la tranquilidad y la capacidad contemplativa que experimentamos al estar en paz en nuestro hogar, al abandonar esa necesidad de estar siempre en movimiento, en acción y produciendo en una carrera vertiginosa de redes, medios, trabajo, compromisos. La GRATITUD es especial para mí y por eso ilustré ese capítulo con imágenes de mi propia casa, porque al final puedes tener todas las claves, pero si no lo agradeces y encuentras las ventajas de cada circunstancia, no podrás amar el espacio que habitas”.
¿La fotografía te dio ese ojo para percibir detalles que otros no vemos pero sentimos en tu diseño de interiores?
“Totalmente, yo no puedo ver el mundo sin fotografiarlo. Pienso que como diseñadores tenemos que estar siempre muy conscientes de lo que vemos a nuestro alrededor, pero además mirarlo y observarlo porque al hacerlo lo estudiamos a profundidad. Y yo, incluso con mi cámara encuentro belleza en todos lados y la capturo de una manera personal que llamo ‘mi forma de ver el mundo’. Esa sensibilidad ha sido importantísima en la forma de hacer mi trabajo profesional y por eso mis libros van acompañados de fotos de las cosas que veo y que se van transformando en paletas de colores, en conceptos e ideas”.
Sin duda esa belleza que captas se refleja en tus proyectos.
“Quiero pensar que es así como se perciben mis diseños de interiores. Cuando empecé mi carrera profesional estaba obsesionada por generar un estilo propio, y lo hice por 14 años, pero luego me di cuenta de que era un error pues les estaba imponiendo a los clientes algo que no era suyo. Hoy creo que lo más genuino y correcto es entender quién es mi cliente, conocerlo y trabajar para él; a lo mejor no es la identidad que me define pero no trato de imponerle nada sino de potenciar su esencia”.
El diseño es arte pero también negocio, tras haber creado dos firmas exitosas, ser miembro de Entrepreneur Organization, ¿cómo es la empresaria detrás de su propia marca?
“Más que empresaria soy emprendedora, y por accidente, porque nunca me plantee hacer una marca o generar ingresos con lo que amaba desde niña. Yo estudié arquitectura porque quería transformar espacios y porque quería hacer diseño residencial. Al salir de la carrera mi meta era entrar a despachos importantes como Sordo-Madaleno y Legorreta, y lo conseguí, así como trabajar en una marca importante de mobiliario, pero el sueldo no me alcanzaba y decidí crear algo propio. Pienso que los logros en las dos firmas que he posicionado se han conseguido porque nunca he dejado de trabajar y porque al ver que las cosas iban mejorando comencé a estudiar, a prepararme para institucionalizar más mi marca. La línea de Mariangel Coghlan es tener menos clientes pero mucho más completos y conformar un equipo del que estoy súper orgullosa pues no solo son apasionados de lo que hacen sino que son buenas personas que disfrutan el trabajo y son personas felices”.
¿Qué sigue para Mariangel en su trayectoria profesional?
“Tenemos muchos proyectos emocionantes ejecutándose, por hacer y prospectando. Estoy haciendo el tercer libro de Hogares de Ensueño, tengo otros cuatro proyectos fotografiados, estoy haciendo un master en Ciencias de la Familia en el cual estudio a profundidad al ser humano y mi plan es titularme con un libro de texto con el IPADE y el Instituto Para la Mujer. Aunque vienen también otros proyectos que serán una gran sorpresa y que me tienen fascinada”.
Por Norma Rodríguez Olivares.
Fotografías cortesía de Mariangel Coghlan.