Desde el pasado 2 de diciembre, el selecto club de los grandes hoteles parisinos tiene un nuevo miembro. Ese día se inauguró, en el cruce de la Avenue George V y la Rue Pierre Charron, el Hotel Bvlgari Paris. Se trata de un edificio de 11 plantas cuya fachada se ha reinterpretado para reducir las líneas exteriores a lo esencial, y los huecos de las ventanas se han ampliado para cubrir dos plantas, lo que recuerda a los palacios aristocráticos del Renacimiento italiano y las líneas de Andrea Palladio.
Las primeras impresiones cuentan más en los hoteles de cinco estrellas que en cualquier otro lugar, y el recién inaugurado Hotel Bvlgari en París cumple las espectativas mas exigentes. Bvlgari pasó seis años transformando una oficina corporativa de 10 pisos en el lujoso hotel que es ahora. La estructura es sorprendentemente moderna, y combina el glamour y la herencia atemporales de París con el diseño contemporáneo de una dupla de arquitectos italianos de renombre mundial: Antonio Citterio y Patricia Viel. El proyecto de remodelación de la fachada del hotel fue concebido por ACPV junto con el estudio de arquitectura francés de Valode & Pistre y la colaboración de Citterio y Viel.
El ambiente exclusivo de Bvlgari Hotel Paris distingue a la pro- piedad con una sensación residencial de lujo discreta pero intran- sigente que ofrece la máxima comodidad y calidez. Cuenta con 76 habitaciones y suites (de entre 42 y 132 m2 ), y tanto para estas estancias como para los espacios comunes del hotel se han utilizado materiales nobles como el mármol, revestimientos de seda, granito, tapices y ebanistería de calidad.
Muebles de diseño y obras de arte completan una decoración confortable y elegante, y en la mayoría de las habitaciones existe una logia privada sobre el jardín interior o un balcón con vistas a la Avenue George V. Las suites, además, cuentan con servicio de mayordomo, y las más grandes, las cuatro suites Bvlgari, tienen hamman y cocina completa.
Mención aparte merece el departamento privado de dos pisos y casi 400 m2 con su propio jardín panorámico en la azotea de 569 m2 con vistas a todos los monumentos emblemáticos de la capital. Este oasis de exuberante vegetación en el medio de la ciudad es un santuario único lleno de plantas mediterráneas y árboles frutales que ofrece vistas de 360 grados sobre París. Dispone de dos cocinas, su propio bar, un amplísimo dormitorio alineado con la Torre Eiffel, un cuarto de baño revestido íntegramente de mármol arabes, cato a juego, la bañera y los lavabos están elaborados con piezas individuales de mármol arabescato Corchia, una sala de fitness privada contigua, un hammam, una despensa, un estudio privado con cava de puros, una sala de estar y un vestidor iluminado con luz natural.
El hotel combina en cada espacio la cultura y la artesanía francesas e italianas con muebles de Italia y la mayor parte de la mampostería y la carpintería de Francia. La mayoría de los baños también ostebtan una representación del motivo de la constelación Serpenti de Bvlgari, empleando la misma técnica de Renée Lalique, el maestro del diseño de vidrio del art déco francés.
Además, las suites cuentan con un conserje que ofrece una variedad de servicios que lo sacarán del hotel si se siente aventurero, como una visita guiada al Museo Rodin o compras privadas en Le Bon Marché, e incluso una exhibición privada en la boutique Bvlgari, en la Place Vendôme.
“Vimos algunos lugares. Bonito edificio, dirección equivocada; dirección correcta, edificio equivocado. Pero no teníamos ninguna presión para abrir. Hasta que encontramos algo que nos pareció perfecto”, Silvio Ursini, vicepresidente ejecutivo Bvlgari Hotels and Resorts
“El edificio era realmente extraño, porque de alguna manera era totalmente inconsistente con su entorno. Fue construido con una especie de modernidad audaz que resultó interesante, así que partimos de eso tratando de mantener la identidad específica y muy fuerte del edificio, pero rediseñándolo”, Patricia Viel
En el penthouse hay sutiles toques de color (en su mayoría en tonos de joyas) que animan el espacio, fotografías de los archivos de Bvlgari, y una cabecera de piel color azafrán. Pero la paleta está conformada principalmente por colores claros, como los paneles de eu- calipto pulido que también revisten los pasillos y las suntuosas telas Vescom en las paredes. Hay, por supuesto, algunos guiños sutiles a Francia y a París, específicamente: una alfombra con diseño de espiga recuerda los pisos de parquet característicos de los departamentos de la ciudad, mientras que una ventana grabada sobre la bañera, que representa el motivo de la constelación Serpenti de Bvlgari, emplea la mismo técnica que Lalique, el maestro del diseño de vidrio francés. La tecnología no se ha dejado de lado, con un sistema de control de iPad que puede usarse para apagar las luces o pedir servicio a la habitación.
Restauración fachada Valode & Pistre.
Interiorismo Antonio Citterio + Patricia Viel
Por Cristián Gálvez Capstick
Fotos Cortesía Bvlgari Hotels