El objetivo principal: declinar el diseño de interiores en favor de la pasión entusiasta del cliente por el arte, traducida en una gran colección privada. El resultado: espacios modernistas donde increíbles piezas de arte, contemporáneo y tradicional, son acompañados por una cuidada selección de lo mejor del diseño actual.
Roberto Falconi es un arquitecto de la “vieja escuela”. Sus referencias provienen de Mies y Barragán, los modernistas estadounidenses y el regionalismo crítico japonés: arquitectura de los grandes maestros del siglo pasado pensada como obras maestras clásicas.
Es absolutamente ortodoxo: bocetos, pocas imágenes de referencia, una clara selección de muestras de materiales y muchas horas de obra. En su estudio, en donde trabaja junto a su hijo Gabriele desde 2015, esta forma tradicionalista del hacer se mezcla con la modernidad en la forma de procesar los proyectos, sustentada en un gusto inspirado por el diseño y el arte contemporáneo. La relación y el contraste entre lo tradicional y lo actual son siempre sellos fuertes del diseño y el carácter de los Falconi.
Dedicado a proyectos privados y, principalmente, a la rehabili- tación de la arquitectura residencial, esta Villa es una muestra perfecta de la misión de FALCONI Architettura. “El pedido formal del cliente era cuidar los acabados, la iluminación y las soluciones de decoración para completar el proyecto desarrollado por un estudio local”, explican.
El nuevo programa para la villa contempla un recibidor, estancias, sala de fumadores, piscina cubierta, spa y gimnasio en la planta baja; dos dormitorios principales (con sus respectivas salas de baño y vestidores), así como un área de invitados, repartidas en unos 950 metros cuadrados. Cada intervención fue diseñada para ser una expansión y un reflejo de la galería privada ubicada en la parte este de la casa; las salas han sido decoradas de forma diferente para albergar obras de arte con un gusto decididamente pop de artistas famosos contemporáneos.
El arte es una parte fundamental en el proceso arquitectónico: privilegia el estilo contemporáneo y abstracto, y los proyectos de Falconi siempre cuentan con piezas artísticas. Algunas veces, el espacio las incluye, pero otras, las obras seleccionadas son la base para dar forma al sitio, una habitación en lugar de todo el edificio. Para Falconi, el punto de partida fue un material: el Ceppo del Gré, una piedra gris, porosa e irregular que siempre le ha fascinado. Y eso se prestaba muy bien para cubrir las líneas esenciales del inmueble: un contenedor esencial, tosco y gris, como el material que lo recubre, que alberga una colección de obras y muebles contemporáneos que se adentran en el territorio del arte.
Para lograr que esta intervención fuera aún más preciosa se decidió colaborar con Edra, una empresa italiana de muebles de alta calidad y una estética refinada, con la que el estudio puede presumir de mantener una importante relación de trabajo. La elección no podría haber sido más natural dadas las características de la casa y la propiedad: búsqueda de materiales y acabados de la más alta calidad y una elegancia absoluta, pero con un fuerte sabor pop. Estas decisiones privilegiaron, sobre todo, los materiales naturales como el cuero, de diferentes teñidos y curtidos, las formas suaves y el diseño contemporáneo.
En el exterior, el rigor de la piedra se equilibra con la naturaleza, mientras que en el interior abundan las maderas preciosas (ébano macassar, palosanto) y las piezas de gran diseño. Los espacios de la villa albergan también una importante colección de arte: obras que para Falconi han sido a menudo un punto de referencia.
Arquitectura original Favre & Guth architects
Arquitectura interior Falconi Architettura
Por Cristián Gálvez Capstick
Fotos Andrea Martiradonna