La vivienda ha sido reorganizada para adaptarse a la vida de una familia ocupada de Nueva York, preservando y acentuando la inherente grandeza del espacio.
MKCA reformuló un departamento de 370 metros cuadrados en pleno Upper East Side de Manhattan para optimizar la circulación y la transformación mediante una serie de espacios privados e independientes en un paisaje espacioso e interconectado, donde esta familia puede reunirse y recibir a los invitados.
Este diseño se basa en una zona de circulación situada en el núcleo del departamento que incluye un rellano central para el ascensor, una galería de entrada y una cocina. El movimiento a través de estas áreas crea múltiples oportunidades para acceder a los espacios sociales y privados de la vivienda, incluida la sala de estar, el comedor-biblioteca, el estudio y los dormitorio, todos los cuales rodean una galería central.
En toda la residencia las puertas se pueden girar y deslizar y las habitaciones se pueden reconfigurar deliberadamente según sea necesario. Esto brinda espacio para que la familia pase tiempo junta, lo que se describió como una alta prioridad, al tiempo que permite realizar actividades independientes.
Esta planificación comienza al ingresar al departamento desde el elevador, donde una puerta de entrada de altura completa está diseñada para mantenerse abierta con una bisagra pivotante. Una pared entre el vestíbulo de entrada y la cocina está diseñada para deslizarse, lo que crea una libre circulación alrededor de la galería central del ascensor. Además, el tabique estándar de yeso se desvanece casi por completo en todo el departamento, a favor de que los espacios fluyan libremente entre sí (como en la entrada-cocina-galería), o que estén delimitados a través de volúmenes más densos, por los que se pasa para moverse de un espacio a otro.
Esta sensación general de fluidez está presente en toda la residencia comenzando en la entrada. Carpintería de roble cerusado con arcas de tres pulgadas de profundidad recubre toda la galería y la zona de circulación. Si bien la rigurosa geometría de los paneles contrasta con el patrón fluido y curvilíneo del piso, está diseñada para mejorar la flexibilidad del departamento. Conduciendo al estudio y al comedor, los paneles se cierran como un par de puer- tas integradas con asas de madera.
En otro lugar, los volúmenes de carpintería se abren para revelar un gabinete de licor oculto en la sala de estar, una oficina en el hogar en el estudio, un televisor o una pantalla integrada para una colección de obras de arte en vidrio de Yoichi Ohira en el comedor. Todos se pueden abrir y cerrar con facilidad y se adaptan a una variedad de escenarios.
De acuerdo con la práctica general de MKCA, el estudio ha diseñado y encargado muebles personalizados en toda la casa, y cada pieza refuerza el énfasis del proyecto en la mutabilidad, el tacto y la elegancia. En toda la vivienda, cada una de las intervenciones arquitectónicas e interiores de MKCA apuntan a la motivación original del proyecto: transformar el espacio en una casa moderna, elegante y fluida y, al mismo tiempo, tomar decisiones arquitectónicas y estéticas atrevidas.
“Desde el principio, los clientes nos pidieron que los sacáramos de su zona de confort. La pareja tenía ideas muy claras sobre cómo querían vivir y cómo debían funcionar ciertas habitaciones, pero estaban interesados en un enfoque y una estética más aventureros y expresivos, sin llegar a ser excéntricos”, comenta Micahel K. Chen.
Fotos Max Burkhalter
Por Cristián Gálvez Capstick.