La manufactura de la Haute Horlogerie amplía la colección Code 11.59 by Audemars Piguet Cronógrafo Automático con dos modelos pioneros a base de oro blanco o rosa de 18 quilates y cerámica negra. Ambos relojes bicolores buscan celebrar la audacia estética y entrelazarla con una artesanía sin condiciones.
El nuevo diseño de caja bicolor busca ser totalmente contemporáneo y hacer con el bisel, las asas y el fondo de oro blanco o rosa de 18 quilates y la carrura octagonal de cerámica negra una creación que se acerque a la perfección. La colección Code 11.59, mezcla tecnología avanzada y la tradición más noble, como bien lo describe la firma. En la caja se requirió el uso de una programación compleja, herramientas específicas y talento humano muy especializado para industrializar y acabar a mano los componentes de los relojes.
La carrura de cerámica es fruto de la colaboración con Bangerter, una empresa familiar suiza especializada en la fabricación de componentes de precisión en cerámica avanzada, carburo de tungsteno y otros materiales de extrema dureza. La manufactura de la carrura del cronógrafo automático sigue un complejo procedimiento industrial ya que el polvo del óxido de zirconio se combina con el contenido aglutinante cuya composición se mantiene en secreto por la empresa. La materia prima primero se modela con tecnología CNC de 5 ejes de última generación.
Tras este primer proceso mecanizado, se extrae el aglutinante. El componente del reloj obtiene su dureza gracias a un sinterizado a unos 1400°C. La dificultad añadida al trabajar con la cerámica es que el material se encoge un 25% durante el sinterizado por lo que posteriormente, se trabaja con herramientas de diamante de gran precisión para mantener la perfección. Así mismo, las superficies geométricas se someten a un proceso previo de pulido y satinado/cepillado, antes de acabarse a mano con la intervención de los mejores expertos de la Maison.
Todos los componentes de cerámica y oro de la caja del Code 11.59 by Audemars Piguet se hacen a mano con la alternancia de superficies satinadas y cantos pulidos que es característico de la marca, este desafío cobra una nueva relevancia con la consecución de una alineación perfecta entre las superficies redondeadas y angulares de los componentes de oro y la cerámica, así como el contraste de materiales y acabados manuales el cual propicia un atractivo juego de luz.
Audemars Piguet le llama a la esfera, “decisivamente contemporánea”, y es que ambos modelos ya sea oro rosa o blanco de 18 quilates se complementan mediante una esfera gris oscuro ahumado con una base con satinado vertical, a juego con el refinado satinado que adorna la caja con cronógrafo automático que incluye el calibre 4401, el último cronógrafo integrado de la manufactura. Los dos relojes conforman una serie de elementos y complicaciones inigualables, lo que hace que su integración a la colección sea muy significativa y especial.
Por Yarin Miranda Robles
Fotos Cortesía de Audemars Piguet